Cámara web Orvieto

Orvieto se deja ver en un instante, en una visión de conjunto que cautiva al viajero incluso antes de entrar, para explorar la grandeza de su historia milenaria. Quieta y silenciosa, esta ciudad de aspecto medieval casi parece una continuación natural del imponente acantilado sobre el que se asienta. Y es este carácter global, dado por el uso casi exclusivo de la misma toba bruñida sobre la que se desarrolla, combinado con la posición elevada lo que da a la ciudad la apariencia de un verdadero baluarte, cabeza de puente y control entre diferentes civilizaciones. Toda su historia confirma esta primera impresión: capital de los etruscos con el nombre de Velzna/Volsini, ciudad papal por excelencia para el control del centro de Italia.

Realmente es una pena no quedarse en Orvieto al menos un día, el tiempo suficiente para descubrir sus plazas con la grandeza de sus monumentos y luego abandonarlas en busca de rutas alternativas, entre callejuelas, palacios nobles e iglesias que revelan tesoros que no lo hubiera imaginado.

La arqueología también reserva las más bellas sorpresas al adentrarse en el subsuelo de la ciudad: pozos etruscos, necrópolis en cuyos materiales se pueden encontrar los de las principales familias "papales".